“Chile debe estar orgulloso de sus montañas”

Camilo Hornauer, vocero de la campaña “La voz de la montaña”, llama a valorar estos espacios naturales.

Diario La Segundo entrevistó a Camilo Hornauer, presidente de Fundación Plantae como vocero de la campaña “La voz de la Montaña”

En mayo, Chile celebra con bombos y platillos el Mes del mar, festividad inserta en el ADN de sus ciudadanos. Aunque pocos
lo sepan, el aniversario de la montaña chilena es en agosto.

“Nuestra celebración se da en nichos muy pequeños y con un impacto muy limitado. Estas fechas podrían ser aprovechadas
por el Estado para visualizar el valor de las montañas”, comenta el ingeniero civil de la Universidad Técnica Federico Santa
María, Camilo Hornauer (38), montañista y vocero de la campaña “La voz de la montaña”.

Viñamarino y con estudios de piano en Francia, Hornauer se “enamoró” de la montaña desde niño. Desde los 18 años ha
logrado alcanzar imponentes cumbres nacionales y extranjeras. Una pasión que lo llevó a crear, junto a su familia, la
Fundación Plantae, que vela por la conservación de espacios naturales.

Actualmente, el gobierno de Michelle Bachelet lidera una iniciativa para generar una política nacional en la materia. El primer
paso fue la creación del Comité Nacional para las Montañas. “Necesitamos cambios reales. Esta iniciativa recién entró a un
proceso de consulta ciudadana para que los chilenos opinen”, comenta sobre la iniciativa online del sitio web del Ministerio
del Medio Ambiente, que culmina hoy.

En respuesta a este proyecto gubernamental nació la campaña “La voz de la montaña”, creada junto a organizaciones como
MVMT, revista Escalando y Access Panam.

Una de las propuestas de Hornauer apunta a lograr, de aquí al año 2030, más hectáreas, parques y áreas protegidas para
acceder a la montaña.

“Debemos trabajar articuladamente entre científicos, deportistas, legisladores, comunidades y
organizaciones con un horizonte unificado: que el Gobierno instaure prioridades dictando leyes y ordenamiento territorial. Chile debe ser orgullosamente un país de montaña”.

Según la FAO, Chile tiene una superficie de 47,8 millones de hectáreas de montañas, un 63,8% del territorio
nacional, ¿Por qué como país no hemos logrado una valoración más trascendente de nuestras montañas?

Somos un país montañoso, con la segunda mayor cantidad de volcanes activos del planeta y con más del ochenta por
ciento de los glaciares de Sudamérica. La valoración sobre estos espacios es baja, pues claramente Chile no es como Suiza.
Asociamos la montaña a un lugar de riesgos y también a deportes caros y elitistas. Muchos consideran la Cordillera de los
Andes solo como una barrera o frontera que separa dos países. Aunque todo esto está cambiando.

De este alto porcentaje montañoso, una gran superficie corresponde a terrenos de propiedad del Estado…

Solo una parte de estos terrenos fiscales tiene alguna calificación de protección, específicamente los que están dentro del
Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE). Esto es 145.800 Km2, equivalente a un 30,5 % de
las montañas. Del resto de las propiedades fiscales se sabe casi nada. Nuestra campaña busca establecer y transparentar un
catastro de bienes nacionales en territorios de montaña. También falta una institucionalidad exclusiva, conformada por
servicios públicos y organismos de la sociedad civil y académica. Debería haber un órgano que coordine, con potestades
ejecutivas, la política nacional de las montañas.

Otro inconveniente es la baja densidad demográfica en las áreas montañosas y su creciente despoblamiento…

Sí, hay ausencia de marcos regulatorios y planes territoriales para estas áreas; hay una limitada presencia del Estado en
zonas remotas y escasos incentivos para su conservación. Cerca de tres millones y medio de personas viven en las
montañas chilenas: un 20% de la población. Asimismo, la escasa infraestructura, red vial, las malas condiciones climáticas,
la falta de oportunidades laborales, de acceso a servicios básicos y educativos condicionan el desplazamiento a zonas
montañosas.

Link a la publicación en diario La Segunda

 

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